Vivimos una sociedad enferma, descarnada, injusta, criminal, psicótica, donde la gente es individualista, quejica y sin empatía. Sí es duro, quizás pienses que es injusto porque tú haces lo posible por mejorar el mundo, reciclando, dando dinero a algún músico de la calle, dejando pasar por delante tuya a la señora en el supermercado, aunque ella ni te sonría. Le sostienes la puerta en el metro a alguien que ni te mira…¿No tienes la sensación que cuanto más bueno, más gilipollas? Efectivamente, ahí está la respuesta, tienes que ser uno de ellos y luchar por salvar tu culo, de lo contrario estás perdido.
Por si a veces se te olvida, tienes directores como Ken Loach que te recuerdan la mierda de vida que llevamos, mientras un grupo de sádicos trajeados se ríen de tu desgraciada vida y se llenan los bolsillos bajo tu cadáver. Pero esta vez, el director británico, sin dejar su crítica, nos da un respiro, brindándonos una de sus historias más esperanzadoras.
«La parte de los ángeles» (The Angel’s share) entra dentro de las películas que podríamos denominar «comedia social» o «comedia política». Como ya lo hiciera Shane Meadows, director de «This is England», el cual basó la historia en sus propias experiencias, Loach ha escogido a un actor de la calle, con un pasado delictivo. Además los dos directores manejan con maestría ese ácido humor británico. Paul Brannigan, el talentoso actor, tiene un cierto parecido con su personaje Robbie, ya que los dos descubren su talento innato , el primero lo encuentra en la interpretación mientras que el segundo lo encuentra en el mundo de la degustación de los mejores whiskies.
La película empieza con una serie de dramas que hacen temer lo peor, un grupo de jóvenes marginales que vive en los suburbios de Glasgow son juzgados por varios delitos y condenados a 300 horas de trabajo comunitario. Robbie, ese chico problemático con una cicatriz en la cara que marca su violento pasado, se esfuerza cada día en ser mejor y redimir sus actos, sobre todo porque va a ser padre y no quiere que su hijo herede esa vida llena de dificultades. Pero ni el padre de su novia ni sus enemigos le pondrán las cosas fáciles.
En el centro conocerá a Rhino, Albert y Mo, personajes que en más de una ocasión pondrán la nota cómica y nos darán una tregua ante tanta tensión dramática. Son chicos que ven el trabajo como algo lejano, casi imposible. Y es ahí que, como si fuera una providencia, encuentran a Harry, el educador que se convertirá en su mentor. Un hombre que lo ha perdido todo, su familia y su negocio. Se encuentra en un momento en el que tiene la experiencia de vida para actuar con imaginación y generosidad ayudando a unos jóvenes sin trabajo, sin futuro y juzgados socialmente como unos inútiles.
La visión de Harry de ver las posibilidades de esos jóvenes, le hace tomar la decisión de llevarles a una destilería de whisky, cerca de Glasgow y en ese punto las cosas cambiarán de color. Iniciarán un viaje en busca del Santo Grial, esta vez no es una copa de oro, aunque se trate también de un recipiente que custodia un líquido preciado, si no la barrica del whisky más extraordinario.
Esperanzas, segundas oportunidades, golpes de suerte, un grito de guerra que nos formula otra vía que la de sobrevivir en esta mierda de sistema, saltarnos las reglas. Busca tu propio camino y lucha hasta conseguirlo. Y si tienes que cerrarle la puerta en las narices a alguien o saltarte la cola del supermercado por alcanzar tus objetivos, pues lo haces y punto.
Official Trailer:
Trailer en español:
Ciclodrama. 